Del autor

En el año 2003 escribí una columna en el diario La Opinión de Cúcuta criticando severamente la poesía del abogado Pablo Chacón Medina. La respuesta del abogado a mi columna fue una demanda penal por injuria y calumnia en un proceso amañado en el que Pablo Chacón pide una indemnización de 500 millones de pesos y cárcel para el columnista. Además exige que me retracte de mis opiniones académicas sobre su producción literaria. Cosa que no voy hacer. El caso ya cumple cuatro años. Dentro de poco, la juez que lleva el proceso citará a las partes implicadas a una audiencia pública. Allí se hará una valoración del proceso y se dictará sentencia. Para que el lector se forme su propia opinión sobre el caso, este blog brindará toda la información.


Carta de respuesta al artículo "Historia de una denuncia"


San José de Cúcuta, 17 de Octubre de 2007

Señor
Renson Said Sepúlveda
Columnista del periódico La Opinión
E. S. M.

Acabo de leer la supuesta nota conciliatoria, que usted piensa publicar en su columna “Vía Libre”, del periódico La Opinión, pretendiendo, con ello, que la acepte como una amistosa y cordial postura de su parte, tendiente a que se entienda como una retractación a los hechos deshonrosos que menoscabaron y causaron grave daño a mi patrimonio moral, constituyendo, a no dudarlo, una conducta punible de injuria.

Al respecto debo manifestarle que su nota “supuestamente conciliatoria”, no la entiendo como una retractación de la ofensa, de la injuria, que otrora lanzara contra mi, de manera injusta.

Me sorprende que a través de esa clase de publicaciones, que considero reiterativas de una grave ofensa, pretenda usted, en un escrito cargado de insolencias, de falsos juicios de opinión, que yo lo acepte como excusa valida, para pedir que se le ponga fin al respectivo proceso penal.

Nada más insensato e inaceptable. Máxime cuando la postura que usted asume, “en el supuesto escrito conciliatorio” no hace nada distinto, a revivir las graves injurias que anteriormente me profirió, refrescándolas, con clarísimos propósitos, fácilmente entendibles, de reiterar ofensas y no de retractarse de las mismas.

Así que si no cambia de actitud, retractándose públicamente de las ofensas deshonrosas que menoscabaron mi honor y causaron grave daño a mi patrimonio moral, debo entender que, hasta el momento, no ha existido de su parte, no obstante mi buen deseo de poner fin a este proceso penal, animo conciliatorio.


Atentamente,


Pablo Chacón Medina

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